viernes, 24 de agosto de 2007
De nuevo yo...
Vuelvo al trabajo y vuelvo a mi baúl, que últimamente estaba demasiado desordenado, tanto que no encontraba un sólo hueco para meter bobadas como ésta, pero que me hacen sentirme yo...
jueves, 1 de marzo de 2007
Un día gris
viernes, 9 de febrero de 2007
¡¡Felicidades!!

Hace 29 inviernos, tal día como hoy, la feliz pareja vio aparecer en sus vidas la sonrisa perpetua de un pequeño ser. Dicen que sus enormes ojos podían paralizar el mundo con sólo mirarlo y que, como algo mágico, bautizaba con el nombre de ALEGRÍA a toda la tristeza que se le acercaba.
Ella, agotada e invadida por un frío atroz, cerró los ojos tras el parto. Alguien la tapó con un viejo abrigo y después durmió con una sonrisa dibujada en sus labios.
martes, 23 de enero de 2007
Una rendición es la peor de las derrotas
Estoy harta de las predicciones de futuro de los que se dejaron llevar y dejaron de pelear por seguir manteniéndose puros. Quizás todo se acabe mañana, pero una rendición es la peor de las derrotas...
"Desconfía de aquellos que poseen más respuestas que preguntas... Nuestro destino es un misterio y quizá el sentido de la vida no sea más que la búsqueda de ese sentido". Rosa Montero. "Historia del Rey Transparente".
miércoles, 10 de enero de 2007
Carta a un amigo
Cada día nos brinda la oportunidad de crecer, pero tú te empeñas en quedarte pequeñito. Todos podemos perdernos en el bosque, pero no por eso dejamos de buscar la salida.
Una vez un amigo me regaló un trozo de papel diminuto en el que se decían cosas gigantescas. El autor nunca lo supe, pero desde entonces ha permanecido guardado en mi baúl...
Bueno, ahí va:
Sollozar es arriesgarse a parecer sentimental.
Tenderle la mano a otro es correr el riesgo de comprometerse.
Exponer tus ideas y tus sueños ante los demás es arriesgarse a perderlos.
Amar es arriesgarse a no ser correspondido.
Vivir es arriesgarse a morir.
Creer es arriesgarse a fracasar.
Pero debemos arriesgarnos, porque el mayor peligro en la vida es no arriesgar nada.
Quienes no arriesgan nada, no tienen nada, no hacen nada, no son nada.
Tal vez eviten el sufrimiento y el dolor, pero no pueden aprender, sentir, crecer, amar ni vivir.
Son esclavos encadenados a sus actitudes; han perdido el derecho a la libertad.
Sólo quien arriesga es libre.